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sábado, 8 de junio de 2013

¿SABÍAS DE LA EXISTENCIA DE PRISM? CON ESTE PROGRAMA ESTADOS UNIDOS TE 'ESPÍA' A TRAVÉS DE LOS SERVIDORES DE APPLE, GOOGLE, FACEBOOK, AOL, SKYPE O YOUTUBE

Al escándalo del espionaje de 121 millones de abonados de la compañía telefónica Verizon se añade ahora otra información publicada por el diario británico The Guardian, revelando la existencia de un programa secreto bautizado como PRISM, creado en 2007 para que las agencias de inteligencia puedan espiar todo el contenido de los gigantescos servidores de nueve importantes compañías de Internet –Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple-, y que jamás se había hecho público antes.

El programa secreto PRISM para
recolectar información de los servidores
existe desde 2007.
“Los miembros del Congreso que conocían del programa estaban obligados por juramento a no revelar nada sobre su existencia”, dice el diario Washington Post. “PRISM permite a la NSA recopilar el contenido de los correos electrónicos, de los archivos enviados o de las conversaciones de chat”, señala The Guardian. En tanto, The Washington Post incluye también “audios, vídeos y fotografías", dentro del paquete de elementos susceptibles de ser investigados. 

El Gobierno de Barack Obama no sólo tiene información sensible de millones de llamadas telefónicas, también tiene acceso directo a los datos y a los servidores de todopoderosas empresas de Internet como Google, Facebook o Apple. Una presentación en Powerpoint de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a la que ha tenido acceso los diarios 'The Guardian' y 'The Washington Post' probaría el control de Estados Unidos sobre el contenido de determinados e-mails, fotografías, vídeos conversaciones de chat o transferencia de archivos.

La NSA quedó en evidencia sobre el espionaje
informático a nivel mundial que realizaba,
tras difundirse un documento secreto.
El director de la NSA, James Clapper ha afirmado que este tipo de informaciones en poder de los ciudadanos amenazan la seguridad nacional. Estas revelaciones son "una amenaza potencial a nuestra capacidad para identificar y abordar los riesgos a los que se enfrenta nuestro país", aseguró en un comunicado difundido esta noche.

Aunque el documento -clasificado como 'top secret”- especifica que las operaciones de control de los servidores cuentan con la aprobación y colaboración de las empresas 'espiadas', el periódico inglés subraya que las compañías con las que ha contactado desconocen por completo estas tareas de la NSA a través de un programa bautizado como PRISM. Este programa supone una vuelta de tuerca a la normativa en vigor al respecto, la 'Ley de Supervisión de Datos de Inteligencia sobre Extranjeros' (FISA), reformada en 2008 para incluir más control sobre comunicaciones por móvil, Internet y correo electrónico y que da inmunidad a las compañías que voluntariamente proporcionan acceso a dichas comunicaciones a los servicios de inteligencia.

El programa PRISM ha permitido una
vigilancia a fondo de las comunicaciones de
cientos de millones de usuarios de Internet.
Un portavoz de Apple Steve Dowling, dijo al Washington Post que nunca "ha escuchado nada sobre PRISM" y Google ha remitido un comunicado en el que asegura que se "preocupa" por la seguridad de la información de sus usuarios y reconoce que proporciona a las autoridades la información a la que la ley le obliga pero matiza con rotundidad que no existe "una puerta trasera en nuestros sistemas" para el acceso al gobierno, algo que ahora no cree ni siquiera un ingenuo.

El 99% del flujo de Internet pasa por los
Estados Unidos y la NSA, la mayor agencia de
vigilancia del mundo, consigue acceder a la
información sin necesidad de solicitarlo a 

los proveedores.
El programa PRISM ha permitido una vigilancia a fondo de las comunicaciones entre millones de usuarios de Internet así como de los archivos que alojan en las compañías de Internet afectadas por este sistema. Microsoft, la compañía de Bill Gates, fue, en 2007, la primera 'espiada'. En 2008 le tocó el turno a Yahoo, en enero 2009 cayó Google, en junio del mismo año Facebook, y en diciembre de 2012 los servidores de PalTalk -un proveedor pequeño que tuvo cierto protagonismo durante la Primavera Árabe y la actual crisis en Siria-. En 2010 le tocó el turno a los servidores de YouTube, en febrero de 2011 Skype y en marzo AOL. En octubre de 2012 pasaron a controlar los servidores de Apple. En 2013 Verizon.

Extracto del powerpoint explicando
como opera PRISM.
El programa PRISM permite a la NSA, la mayor agencia de vigilancia del mundo, conseguir cualquier tipo de información o comunicación confidencial sin necesidad de solicitarlo a los proveedores de Internet o tramitar autorizaciones judiciales. La escala de este programa de vigilancia permite que la agencia gubernamental pueda tanto acceder a los datos almacenados en los servidores o hacer un seguimiento en tiempo real de las comunicaciones por Internet.

Gráfico que muestra como el programa PRISM
fue controlando los servidores año tras año.
Haga clic en la imagen para ampliarla.
La presentación en Powerpoint que ha conseguido The Guardian establece que uno de los objetivos del programa de vigilancia PRISM (que cuesta 20 millones de dólares anuales) es cubrir las deficiencias de las órdenes de seguimiento de los sospechosos de terrorismo.

Estas revelaciones han confirmado, por otro lado, los peores temores de los defensores de los derechos civiles, que han estado intentando durante años arrojar luz sobre el uso por parte del Gobierno de la 'Patriot Act', una ley aprobada después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y que enmendaba la FISA para incluir el terrorismo como causa de 'supervisión de las telecomunicaciones.

"Esto va más allá de Orwell", denunció Jameel Jaffer, de la ONG American Civil Liberties Union (ACLU), en referencia al libro futurista de George Orwell "1984" donde aparece la expresión “Gran Hermano”, un estado totalitario donde todo está vigilado. Algunos demócratas y republicanos electos denunciaron una invasión de la privacidad "insostenible e inaceptable", en palabras del senador Bernie Sanders.

Las empresas niegan su consentimiento
"La vigilancia de la NSA de casi todos los clientes de Verizon es un ataque increíble a nuestra Constitución", denunció el republicano Rand Paul. Verizon se ha limitado a señalar en un comunicado que la empresa estaba legalmente obligada a obedecer dicha ley.

Las empresas ahora dicen que no sabían
nada de la existencia del programa PRISM.
Otras de las empresas utilizadas para este 'espionaje' han afirmado que no tenían conocimiento del programa PRISM, y que no se ha permitido en ningún caso el acceso del gobierno a sus servidores y que sólo respondieron a solicitudes específicas de información

"Nosotros no proporcionamos a ninguna organización gubernamental el acceso directo a los servidores de Facebook," dijo Joe Sullivan, director de seguridad de Facebook. "Cuando a Facebook se le solicita los datos o información sobre individuos específicos, examinamos cuidadosamente esta solicitud en conformidad con todas las leyes aplicables, y proporcionamos dicha información sólo en la medida requerida por la ley".

Obama acorralado
Acorralado por practicar como presidente lo que criticó como candidato, Barack Obama defendió el jueves los dos programas de masiva vigilancia de las comunicaciones que el público acaba de conocer y aseguró que no se escuchan las conversaciones de los ciudadanos y que solo se afecta mínimamente a la privacidad de algunos, un precio que, según él, vale la pena pagar para mantener a la nación a salvo del terrorismo.

"No se puede tener un 100% de seguridad y
un 100% de privacidad", dijo Obama.
“No se puede tener un 100% de seguridad y un 100% de privacidad. Hay que hacer concesiones y estas pequeñas concesiones nos ayudan a prevenir ataques terroristas”, dijo Obama en San José (California), momentos antes de trasladarse a Palm Springs para reunirse con el presidente de China, Xi Jinping.

Obama admitió que, cuando llegó a la presidencia, en 2009, era “algo escéptico” sobre esos programas, que ya existían, pero que sus asesores le convencieron de que eran un instrumento muy útil para la seguridad del país, y que decidió mantenerlos (traicionando lo que había prometido en su campaña electoral), con el conocimiento y el respaldo de los dos partidos del Congreso y de la autoridad judicial competente.

Edificio de la NSA en Fort Meade, Maryland.
Uno de los programas, el del registro de las llamadas que se efectúan –que se sepa, desde la compañía Verizon- dentro de Estados Unidos y desde aquí con el extranjero entró en vigor el 25 de abril, durante su presidencia. El otro, llamado PRISM (Prisma), que supone la recolección de datos enviados por Internet –correos electrónicos, chats, fotos, vídeos, tarjetas de crédito, etc,- fue puesto en marcha en el gobierno de George W. Bush, violando la Constitución de los Estados Unidos y mantenido por Obama.

El programa PRISM (Prisma) recolecta datos
enviados por Internet como por ejemplo: correos
electrónicos, chats, fotos, videos, tarjetas
de crédito, etcétera.
Obama aseguró que “no se han escuchado las conversaciones de nadie” ni se ha accedido a la actividad en Internet de ningún ciudadano norteamericano ni de ningún residente en este país, y garantizó que, en todo momento, se han tomado las precauciones debidas para afectar lo mínimo posible a la confidencialidad de las comunicaciones. Aclaró que "no se aplica a ciudadanos estadounidenses o personas que residen en Estados Unidos". Por supuesto, solo algún estúpido puede creer estas palabras.

El presidente aceptó, sin embargo, que este asunto plantea un dilema entre la seguridad y la libertad, y añadió que está dispuesto a sostener un debate al respecto. Ese debate está ya claramente abierto en el país. Como reflejo, el diario The New York Times, que suele apoyar al presidente, le acusaba en su editorial del jueves de estar “dispuesto a utilizar todo el poder del que dispone y, probablemente, abusar de él”, mientras que The Wall Street Journal, que suele criticarle, aseguraba que prescindir de estos programas de vigilancia pondría al país en grave riesgo.

El programa de espionaje secreto de la NSA
controlaba el flujo de datos en Internet de
Europa, Asia y el Pacífico, Latinoamérica y
el Caribe, áfrica, Canadá y Estados Unidos.
En la medida en que son secretos –el Congreso los conoce en secreto y son respaldados por un tribunal secreto-, es imposible para el público conocer su verdadero alcance y su eficacia real. En principio, cualquiera puede entender que los servicios de seguridad están obligados a seguir las pistas de los sospechosos y que la aparición de las redes sociales y nuevos medios de comunicación instantánea hacen esa labor mucho más difícil.

Pero lo que aquí parece haber emergido, según lo que reveló primero The Guardian y después The Washington Post, es algo mucho más grande que ese seguimiento rutinario y razonable. Aquí parece estar en marcha un Gran Hermano –término que Obama ha usado el jueves para desmentirlo- con capacidad de saber todo lo que hacemos y decimos en nuestras comunicaciones. Que esté ocurriendo o no puede ser discutible, pero lo que es indudable es que este asunto manifiesta un mundo desconocido hasta ahora en el que la privacidad se evapora.

Obama ha pedido a los ciudadanos que crean en
él, pero cada día, a medida que se destapa el
sistema de vigilancia secreto de los ciudadanos,
la gente se siente decepcionada ya que puso en
práctica todo lo que Obama criticaba en su
campaña electoral.
Obama ha pedido a los ciudadanos que crean en él, en que solo se está haciendo lo que se requiere para cumplir con la obligación de un presidente de mantener al país seguro, y ha añadido que, si no quieren creer en él, pueden creer en los jueces y en los representantes políticos que supervisan estas operaciones de vigilancia. Es evidente que un país con un sistema democrático en el que existe un equilibrio de poderes ofrece más garantías para el control de esa vigilancia. Pero eso no evita que, tras el conocimiento de estos programas, los norteamericanos y el resto de los ciudadanos del mundo puedan sentirse menos libres.

El presidente Richard Nixon debió
dimitir en 1974, por ordenar espiar a
periodistas y opositores. Sentado
detrás, su vicepresidente Gerald Ford.
Todavía son dudosas las repercusiones políticas que todo esto puede tener para Obama. Por un lado, dada la unanimidad que el Congreso ha manifestado hasta ahora sobre este asunto, no es previsible que surjan muchas voces pidiendo dimisiones y represalias. Por otro lado, no se puede descartar que la mayoría de la población norteamericana se revele y organice protestas pidiendo la eliminación de estos programas de espionaje ya que ya no se sentirán seguros de ahora en más. Muchos comparan este escándalo con el Caso Watergate (espionaje ilegal a los opositores y periodistas) que provocó la renuncia el 8 de agosto de 1974 del presidente Richard Nixon.

Ya se nota el desencanto de quienes votaron por Obama confiando en un cambio profundo y encuentran ahora que, una vez en el poder, se imponen los reflejos del poder, la autoridad, la acción a espaldas de los ciudadanos, por muy justificada que pretenda estar, los mismos síntomas que se observaron en George Bush. Es posible que Obama intente hacer algo para salir de ese encasillamiento. Su lucha entre el compromiso con el establishment corrupto y con la historia, como el primer presidente negro, continúa.
Julian Assange calificó como "colapso
catastrófico del Derecho en los Estados Unidos".
Al respecto de este asunto, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, denunció desde la embajada de Ecuador en Londres lo que calificó como “colapso catastrófico del Derecho en Estados Unidos”, por las actividades de espionaje de las comunicaciones telefónicas y internet reveladas.

Al respecto, un artículo que publica este sábado el diario The New York Times amplia las dudas sobre este caso al asegurar que muchas empresas cooperan de cierta forma con los programas de vigilancia secreta del gobierno, incluso accedieron a desarrollar medios técnicos más eficientes y compartir de forma segura los datos personales de los usuarios extranjeros.

El diario The New York Times afirma que
muchas empresas cooperan en cierta forma
con los programas de vigilancia 

secreta del gobierno.
Según el rotativo esas prácticas ilustran lo intrincado del camino utilizado por el gobierno y las empresas de tecnología para trabajar juntos y la profundidad de sus operaciones detrás del telón.

Como parte de las negociaciones para ajustar estos planes de control en los últimos meses, el general Martin E. Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, viajó a Silicon Valley para reunirse con los ejecutivos, incluyendo los de Facebook, Microsoft, Google e Intel.

El general Martin E. Dempsey, jefe
del Estado Mayor Conjunto, se
reunió hace unos meses con los
ejecutivos de Silicon Valley,
incluyendo los de Microsoft,
Facebook, Google e Intel.
Según dijo una fuente citada por el rotativo neoyorquino, aunque el objetivo oficial de esas reuniones era discutir el futuro de la Internet, las conversaciones también se refirieron a cómo las empresas deberían colaborar con el gobierno en sus esfuerzos de recolectar información de inteligencia.

Algunos de quienes apoyan a Obama, y el propio presidente, se han encargado de recordar que todo este proyecto de espionaje ya existía durante la anterior Administración. Mala excusa, que solo pone en evidencia el continuismo, la parálisis y escasez de ideas de la Administración actual sirviendo siempre a establishment.

Bush tenía su plan, por muy descabellado que fuera. Pero, ¿cuál es el de Obama? Un poco de aquí y un poco de allá, unas ideas genéricas de futuro, mezcladas con mucho de la realidad del pasado. Ante la confusión de la respuesta, se va haciendo fuerte la idea de que Obama ha continuado el plan de Bush para crear un diabólico Nuevo Orden Mundial.

Es decepcionante, cuando se tiene en cuenta lo que Obama representa en la historia como el primer presidente negro, e injusto, cuando se conocen un poco las cualidades personales e intelectuales de un hombre que piensa mucho mejor de lo que actúa. Pero es el precio que se paga por la indecisión y el temor al cambio.

A la vista de todo esto: ¿Dónde están ahora los que se reían de quienes hace años venimos avisando de esto y nos llamaban conspiranoicos, chiflados, loquitos, etc.?

Más información aquí:

DENUNCIAN QUE EL GOBIERNO DE EE.UU. ESPÍA LAS LLAMADAS DE MILLONES DE NORTEAMERICANOS

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